Para celebrar los 15 años de El Ciervo Encantado, Jesús Ruiz, junto con Nelda Castillo y Mariela Brito, organizaron en la galería Raúl Oliva una exposición retrospectiva sobre la lucha artística e institucional de este grupo: A la eterna memoria. La exhibición abrió con un performance en su sede.

A la eterna memoria
El Vedado, La Habana. 22 de febrero de 2012

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Continuó con una procesión de la Virgen de Visiones… con una conga por toda la calle Línea hasta la galería.

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Mesa redonda performativa
Galería Raúl Oliva. Centro Cultural Bertolt Brecht, La Habana. 20 de marzo de 2012
Mariela Brito, Sahily Tamayo, Jaime GómezTriana, Vivian Martínez Tabares, Norge Espinosa Mendoza

Un mes después tuvo lugar otro performance, Mesa redonda performativa, donde cuatro críticos hablaron sobre el trabajo del grupo. Este performance, al igual que el lenguaje que utilizó la compañera Chela/Mariela Brito para hacer un recuento de loscta00340003830001001 “15 años de victorias” de El Ciervo Encantado, usó como pretexto paródico el conocido programa televisivo cubano, La mesa redonda.[23] El performance terminó con un gesto de agradecimiento y de convivio cuando Chela le entregó a cada crítico una papa; producto que en aquel momento “estaba desaparecido” de los mercados. Una vez más, El Ciervo compartía un guiño de complicidad con su público: a los honorables compañeros como Chela y a los artistas tampoco les queda otro remedio que participar en la economía informal o en el mercado negro, ambos regidos por el CUC. La parodia a esta parodia de La mesa redonda se dio en el último café-teatro La última cena, donde los actores del grupo encarnaron ellos mismos a estos críticos para develar de qué manera el lenguaje que caracteriza a cada uno está regido no solo por las diferencias generacionales sino también por las instituciones que “representan” (véase La última cena).

 

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En el programa de mano de la exposición A la eterna memoria, Gómez Triana escribió:

Obra en construcción, almacén, bodega, capilla, silo, cuarto de desahogo, templo, camerino, casa, toilette, carpintería, enigma, barracón, tribuna, biblioteca, laberinto, cabaret, teatro, sótano, sacristía, cuarto fambá,[24] confesionario, ínsula dentro de la Isla, altar, campo después de la batalla, museo de la eterna memoria, falansterio, facilidad temporal, tumba, espejo. Todo eso y mucho más es esta muestra. No se engañe, no se trata de una caótica acumulación de objetos anticuados. Todo está vivo, todo vibra, todo se mueve, todo habla. No se trata de respuestas, aquí se juntan preguntas: ¿De dónde son los cantantes? (2012)

Estas palabras subrayan, por un lado, “la poética de los altares” con la que el crítico ha leído las puestas de este grupo. Pero la respuesta a la pregunta que ha guiado los performances y la investigación de El Ciervo Encantado, ¿de dónde son los cantantes?, la encontramos en la poética del manglar. En palabras de Nelda Castillo, los performances de El Ciervo Encantado se cuestionan “lo cubano” “desde un compromiso pero también desde un desgarramiento, de que nos duelen las cosas que podemos criticar” (Provenzano y Bokser 2010, 14). Sin embargo, como hemos visto, “lo cubano” resulta una suerte de palimpsesto escrito en los cuerpos de los que se quedaron en Cuba a través de los cuales se puede “leer” o recordar la historia y la memoria de los cuerpos y los textos de los que se fueron. Pero en los cuerpos de los que se quedaron también se puede “leer” el repertorio de muchos otros que en siglos anteriores inmigraron a la isla o fueron llevados a la fuerza y que ahora conforman lo cubano. En esa investigación constante, primero del pasado y luego del presente para poder imaginarse el futuro (recuérdese “lo antiguo” y “lo futuro” de Vázquez), lo cubano en los performances estudiados no puede entenderse como esencia sino como una identidad en proceso, rizomática como el manglar en tanto y en cuanto cada respuesta remite a otra pregunta.

La retrospectiva en sí, además de “campo después de la batalla”, también puede leerse como una suerte de palimpsesto/manglar a través del cual se ve el impulso de inscribir el pasado del Diario de campaña de Máximo Gómez. El público y, sobre todo, los asiduos seguidores de El Ciervo Encantado, vivimos cada espacio de la exhibición como una recreación de las diferentes etapas del grupo y de los espacios insulares e internacionales que ha intervenido/transformado El Ciervo. No cabe duda que para este grupo y para la historia no escrita del teatro y del performance cubanos post 1989, como para Máximo Gómez, “es bueno dejar a los hechos hablar por ellos” (1941, s.p.).

 

[23] El programa se inició en diciembre de 1999 en medio de la campaña por el regreso de Elián González a Cuba. Fue/es el centro de “La Batalla de Ideas”, un grupo de acciones y programas coordinados por las instituciones culturales cubanas que intentan por un lado llevar la cultura a las masas y por otro convertir en culturales los espacios sociales y políticos (“Programas”).

[24] Un cuarto semi-secreto para altares y ofrendas.